viernes, 26 de octubre de 2012

Doña Perfecta - Benito Pérez Galdós

José Rey es un ingeniero culto y educado de ideas liberales que se dirige al pueblo de Orbajosa para casarse con su prima Rosario. El matrimonio ha sido acordado por su padre y su tía Doña Perfecta, la madre de la muchacha,  en cuya casa se alojará mientras los novios se conocen.
Su tía Perfecta le recibe con cariño y Rosario y él conectan de inmediato. José no puede pensar que hay una más adecuada para él mujer para él pero una vez se une a la rutina de la casa encontrará personajes con convicciones muy distintas a las suyas.
En un encuentro con el canónigo Don Inocencio una conversación sembrará una pequeña discordancia por sus opiniones opuestas. Aunque ambos intentan no darle importancia pronto se establecerá una lucha verbal que enfrentará a José con muchos de los habitantes de Orbajosa e incluso su propia tía que comienza a dudar que ese joven sea adecuado para su hija.

Mi experiencia con la novela
Galdós es uno de los grandes escritores de nuestro país. Quizás no sea valorado como se merece pero no se puede negar lo evidente. Fue un autor al que le gustaba observar y escribir sobre lo que veía de modo que sus novelas son un excelente retrato costumbrista de la época.  Sus novelas son muy ricas en detalles y se definen por que sus personajes están perfectamente caracterizados y presentan muchos matices.
El argumento es muy sencillo pero muy potente a la vez. No hay mucha acción física y se centra principalmente en la dialectica.  José Reyllega a Orbajosa, un pequeño pueblo, con la intención de conocer a su prima Rosario para casarse con ella. Un matrimonio previamente apañado por su padre y la madre de la muchacha.
Cuando llega al lugar se encuentra con un magnifico recibimiento. Tanto su tía como los vecinos le acogen con los brazos abiertos. Y su prima no puede ser una muchacha más delicada y perfecta para él. Los novios se atraen en seguida y muestran una excelente predisposición para el enlace. Además José podrá tomar posesión de unas tierras que le pertenecen por aquel paraje.
En su estancia que se quedará en la casa de su tía Perfecta. Una mujer que ha salido adelante con la ayuda de su hermano después de producirse la muerte de su marido quien le dejó en la ruina tras gastarse todo el dinero en alcohol y en el juego. Sola, ha criado a su hija Rosario. Una muchacha no excepcionalmente hermosa pero que ha conseguido desarrollar múltiples virtudes. En el pueblo de Orbajosa todo el mundo conoce a Perfecta y nadie ha hablado nunca mal de ella. Es una mujer piadosa cuyas ideas religiosas están extremadamente arraigadas en ella.
Pero será un encuentro con el clérigo Don Inocencio, una persona de confianza de su tía, lo que genere una situación un tanto delicada. Lo que comienza como una simple charla amistosa se convierte en una dura contraposición de ideas entre ambos hombres. La discordancia en sus ideas generan una situación un tanto embarazosa que se irá complicando por momentos y a lo largo de los días. Mientras el clérigo defiende sus ideas religiosas a capa y espada y con unas intenciones maliciosas, José está intenta razonar su posicionamiento de parte de la ciencia. Poco a poco las conversaciones se convierten en una guerra dialéctica que acaba sumiendo a José en un muchas complicaciones y enfrentándose a todo el pueblo de Orbajosa.
 José es un ingeniero culto, educado y de ideas liberales cuyos pensamientos poco tienen que ver con las especialmente conservadoras de su tía y el clérigo que empeñados le acusan de ateo.  Ha estudiado, ha visto mundo y cuenta con una versión mucho mas actual del mundo.
Esta novela trata sobre la intolerancia e intransigencia a aquellos que piensan de una forma distinta pero también es una dura crítica a las mentes cerradas y obtusas que no admiten más que una verdad. Un debate que enfrenta la renovación contra las ideas tradicionales y arcaicas y religión y ciencia.
 Los personajes se muestran fanáticos religiosos y se obcecan en hacer la vida imposible al protagonista porque sus ideas son distintas. La gran disputa comienza cuando ambos entablan una conversación de naturaleza religiosa y se van agravando cuando la política se adhiere a ellos. Una situación que aún sigue ocurriendo en nuestros. Cuántas veces hemos visto enfrentamientos violentos entre personas de distintas religiones o creencias políticas. A pesar de que la novela fue publicada en 1876 ha sabido envejecer bien y su temática no ha quedado obsoleta. Me asombra esta capacidad de la prosa de Galdós. Muchas de sus novelas siguen siendo actuales.
Los personajes están perfectamente perfilados y caracterizados en la novela de modo que una se los puede imaginar de forma clara. Incluso sus nombres están irónicamente elegidos y no dejando nada al azar. Inocencio es el que le pertenece a un cura con unas intenciones un tanto oscuras, Perfecta para una mujer que intransigente y recta o Rey para el protagonista.
El estilo en que esta novela está escrito es muy cuidado y se nota que Galdós tenía un amplio conocimiento de vocabulario. La novela está narrada en tercer persona y este narrador omnisciente se permite a si mismo dirigirse al lector de vez en cuando y verter sus opiniones ocasionalmente. En el comienzo de la novela el ritmo es lento pero el final se presenta algo precipitado y nos enteramos de cómo concluye la historia por una carta y no porque el narrador nos haga participes de los hechos.
El ambiente me parece fundamental para recrear perfectamente la historia. Un pequeño pueblo imaginario de apenas siete mil habitantes donde todos se conocen pero que podría ser perfectamente un pueblo real. Donde Perfecta, la Doña, nunca ha recibido una crítica ni un mal comentario. Un lugar en el que puede hacer y deshacer a su antojo. Donde tan solo unos pocos tienen el poder y manejan a los demás.
Me parece una novela muy recomendable para acercarse a un clásico. Aunque no es la novela que más me ha gustado de Galdós si que he disfrutado con una buena lectura. Dos de sus novelas que me encantaron fueron Fortuna y Jacinta y Marianela y aunque esta también la he disfrutado ha sido en menor medida.
Considero a Galdós un buen autor para acercarse a la historia de nuestro país y sumergirse en la lectura de todo un clásico.